El guión de tu vida

Tu futuro depende de muchas cosas, pero principalmente de ti; de tu determinación para asumir la dirección de tu vida, de los cambios y renuncias que hagas para convertirte en lo que puedes llegar a ser. Pero, ¿cómo podemos saber lo que podemos llegar a ser?

El doctor Eric Berne observó que las personas actuaban siguiendo lo que él denominó un “guión de vida”. Este es el argumento preestablecido que la persona se siente obligada a representar, independientemente de si se siente identificada o no con su personaje.
Pero, ¿cómo se crea el guión de vida de una persona? Se establece durante la infancia, bajo la influencia de padres y otras personas cercanas: abuelas, maestros, hermanos mayores, etc. Este guión se va reforzando por las diferentes experiencias que el niño va viviendo a medida que crece. El guión puede ser de triunfador (de príncipe), o de fracasado (de rana) o de no triunfador (ni fracasa ni triunfa), entre otros.

Afortunadamente, el guión no está cerrado, se puede modificar. Entender el propio plan de vida es necesario para modificarlo y mejorarlo. El cambio lo realizas tú, reescribiendo el guión a tu gusto, según tus deseos de cómo quieres vivir tu vida. Sólo necesitas un bolígrafo y papel. No es un trabajo sencillo, se necesita tomar conciencia, observarse a uno mismo y darse cuenta de cuáles son los hilos que mueven a la marioneta, a tu personaje.

Se trata de que te remontes a tu infancia y tomes conciencia de cuál es tu guión, investígalo y date cuenta de si…

- ¿El guión es tuyo? ¿o de tu madre, o de tu padre, o de otra persona?
- ¿Vives la vida que quieres, o la que te dijeron que te tocaba vivir?
- ¿Trabajas en lo que te gusta o en lo que te tocaba?
- ¿Las creencias que tienes sobre el sexo, la religión, la política, el placer, la prosperidad, etc., son tuyas o de tu padre/madre u otra persona?
- ¿Te sientes bien o mal con todo esto?
Sólo cuando tenemos el coraje necesario para tomar el timón, podremos conducir nuestro barco al puerto que deseamos. ¡Podemos elegir! Pero para ello se necesita el valor necesario para cuestionar si tus creencias, tus valores, es decir, todo aquello sobre lo que construyes tu vida, te dan más poder o te limitan.

Llena tu guión de permisos, permiso de ser uno mismo, de lograr, de saber, de ser niño, de ser importante e importar. Permiso de valer, de sentir, de pensar, de superar y superarse. ¡Permiso de disfrutar! Por favor, reescribe tu guión. Puedes empezar a mostrar tu luz.

Fuente: Rovira, A. (2003). La brújula interior. Barcelona. Ed. Empresa Activa.

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