Entrevista a Carlos Hue

1. El malestar docente -desánimo, desmotivación, distanciamiento, hostilidad, conflictividad, etc.- sigue siendo una realidad en nuestros centros educativos. ¿Qué estrategias deben seguirse para lograr el bienestar de nuestros profesores?

R: La base del bienestar es la autovaloración, la autoestima. Esta se puede conseguir valorándose como personas con la cantidad de cosas que pueden disfrutar como salud, posición económica, amor y amistad de las personas cercanas…, teniendo un proyecto personal y profesional interesante, a base de esfuerzo, pero también de satisfacción; y sobre todo, disfrutando al conseguir que el alumnado aprenda conocimientos, pero sobre todo, a ser personas.

2. Usted habla del liderazgo docente, ¿puede darnos algunas claves para que los profesores logren alcanzarlo?

R: El liderazgo se basa en la confianza y por ello, es necesario que los docentes tengan una alta autoestima, seguridad personal, autocontrol y motivación. Cuando se tiene todo esto es necesario desarrollar la empatía, sentir que todo nuestro alumnado es genial a pesar de que algunos o algunas tengan conductas reactivas negativas a su ambiente. Con esos dos elementos, autoestima y empatía, tendremos que conseguir que nuestro alumnado obtenga éxito a partir de sus propias capacidades.

3. El humor es una potente herramienta pedagógica, ¿qué beneficios podemos obtener si fomentamos el sentido del humor en el aula?

R: El sentido del humor es una cosa muy seria. El humor es la capacidad de distanciarnos de los problemas y de saber manejarlos con alguna dosis de hilaridad. Hay, sin duda, dos tipos de aulas: las tristes y las alegres. En estas últimas se aprende más, ya que el centro neurológico del aprendizaje coincide con el centro del placer.

4. ¿Qué pueden hacer los padres para fomentar una autoestima sana en sus hijos?

R: La autoestima es una cuestión doble: de nosotros y de los demás. Por tanto, habrá que ayudarles a que sean felices con lo que son y con lo que tienen. Habrá que conseguirles grupos de iguales en los que se sientan cómodos. Será bueno que ellos descubran sus habilidades en el grupo y que se sientan orgullosos de ellos. Pero, no lo olvidemos, en estas edades son los iguales quienes nos ayudan a construir nuestra propia autoestima.

5. ¿Cómo podemos aprender a ser más optimistas?

R: Valorando decididamente nuestras oportunidades, tanto de salud, materiales o sociales, primero, y bajando nuestras expectativas hasta un nivel realista, segundo. Una vez hecho esto, tendremos que desarrollar nuestra persistencia, esto es, aprender a que para conseguir las cosas hay que intentar muchas veces y aunque no se consiga, siempre nos quedarán muchas otras cosas y personas que nos den satisfacción.

6. Nuestra postura corporal y nuestra expresión facial pueden alterar nuestra química cerebral y promover emociones y pensamientos positivos. Entonces, ¿sonreír, aunque sea sin ganas, también tiene beneficios?

R: Lo mejor es tener encontrar ganas para sonreír, al menos. Efectivamente, el ejercicio de sonreír y de reír modifica nuestras conexiones cerebrales haciendo que en otro momento nos sea más fácilmente conseguirlo y sentirnos bien. En tal sentido, es bueno desarrollar ejercicios de risoterapia no perdiendo de vista que la risa debe ser una consecuencia de un estado positivo de humor.

7. El sentido del humor, además de ser un potente protector de nuestra salud, ayuda a encontrar soluciones más creativas ante los problemas. ¿Cómo podemos facilitar el pensamiento positivo para afrontar la adversidad?

R: Los grandes psicólogos del positivismo, Seligman, Frerickson, Lubomirsky y Csikszentmihalyi coinciden en que el humor, además de ser un potente protector de nuestra salud, no hace más creativos ante los problemas. Todos ellos señalan el positivismo y la apertura de nuestro pensamiento como el camino que nos lo va a permitir. No rendirse, un espíritu optimista, abrirse a nuevas fórmulas, y el cariño, respeto y tolerancia a los demás, serán la clave para ello.

8. El estado de flujo (flow en inglés) es uno de los pilares básicos de la psicología positiva. ¿Qué necesitamos para aprender a fluir?

R: Flow, fluir, nos dice Csikszentmihalyi es la consecuencia de un proceso de esfuerzo personal reforzado por un grupo humano de referencia. Parte de un gran conocimiento de nuestras habilidades y deficiencias. Sigue con la elección de un proyecto a medio o largo plazo que responda a la solución de necesidades sociales, económicas, artísticas, etc. Continúa con un esfuerzo continuado en la búsqueda de soluciones novedosas fuera de la zona de confort e ingresando en la zona de riesgo. Y concluye con el logro de nuevas soluciones, prototipos, o actividades que encuentran acogida en algún grupo de la sociedad y que nos permiten alcanzar la realización personal, profesional o social.

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