¿Quién quiere cumplir sus sueños?

¿QUIÉN QUIERE CUMPLIR SUS SUEÑOS?

Cuando escuchamos ciertas preguntas, a veces, tenemos una respuesta inmediata, automática. Por ejemplo, qué dirías a la pregunta ¿Cómo están ustedes? Creo que muchos/as de vosotros/as automáticamente dirían: “Bieeennn”, esperando la siguiente pregunta: “Más alto que no se oye, ¿Cómo están ustedes?”  Y todos/as sabemos la respuesta.

 “¿Qué hay en una pregunta?” se pregunta John Dewey (2007) en su libro Cómo pensamos. “Todo”, responde el autor. “Es la manera de evocar la respuesta estimulante o de aniquilar la indagación”. Para Dewey, en la pregunta está la esencia de la clave de la enseñanza; la perplejidad y la admiración son los impulsores del preguntar. Quién se admira o se asombra ante algún hecho, situación, circunstancia o dificultad, se cuestiona y pregunta a los demás. Preguntarse o preguntar es ponerse a caminar y avanzar, es el inicio de la indagación, el comienzo de algo nuevo. 

¿Has oído hablar del aprendizaje o pedagogía del asombro? Para muchos la pedagogía Reggio Emilia es conocida como la pedagogía del asombro, que defiende que el/la alumno/a adquiere el conocimiento a través de la observación y experimentación, potenciando su creatividad. Personalmente, tengo que confesaros que soy incapaz de enamorarme sin admiración. Y mi interés, mis ganas por aprender, por descubrir y por avanzar, está ligada a mi capacidad de admirar, ya sea admirar a una persona, un sitio, lugar, época, destreza, etc. ¿Son admirables las pirámides de Egipto? Si, lo son, pero más admirable es la forma en la que se construyeron, la época, los medios y herramientas que tenían y cómo se realizó el trabajo para lograr lo que hoy todos podemos admirar: Las Pirámides de Egipto, el legado más portentoso y emblemático de la antigua civilización egipcia.

No quiero desviarme de la pregunta central que aquí nos ocupa: ¿Quién quiere cumplir sus sueños? Pero, si hacer un guiño especial al asombro, a la admiración y al descubrimiento por la indagación.

Ahora sí, ¡vamos a cumplir nuestros sueños!

¿Te atreves? ¿Te apuntas?

1. TENER LOS PIES SOBRE LA TIERRA:

Estar conectado/a con la realidad es fundamental para poder materializar tus sueños, tus proyectos, tus ideas. No dejes que todo se quede en un sueño, cuando eres capaz de hacerlo realidad. Para ello, tienes que estar conectado/a con la realidad. ¿Qué es eso?

  • Siente tu cuerpo: reconoce y escucha a tu cuerpo ¿Qué necesita tu cuerpo? Dedica tiempo a escucharte con atención plena, usa herramientas poderosas como la meditación, técnicas de respiración, o busca la herramienta que mejor te funcione. No hay una única fórmula mágica, busca la que te haga sentir mejor. Escucha y cuida tu cuerpo. Recuerda que sólo tenemos un cuerpo, y tenemos que cuidarlo, amarlo y escucharlo. La salud tiene que ser prioridad, por ello cuida tu dieta y haz ejercicio.
  • Autoestima: ¿Crees que eres especial? ¿Dudas de tu talento? ¿Crees que tienes algo que aportar? Si no tienes respuestas claras, será difícil conseguir que las cosas sucedan. ¿Quién va a creer en ti, si tú no crees en ti? No te conviertas en tu enemigo/a número uno. ¡Valórate! ¡Quiérete! “Tú eliges tus creencias, pero de todas ellas, te recomiendo una: «Cree en ti”.
  • Disfruta: siente el placer cuando vayas a construir tu proyecto. Si no lo pasas bien, si no te gusta, si no estás disfrutando en el camino, entonces estás soltando energía negativa en tus acciones. “Hagas lo que hagas, hazlo con pasión y alegría”.
  • Sumar. Cuando diseñes tu sueño plantéate qué estás dando a los demás. ¿Aporta valor a tu comunidad? ¿Ayuda a otros/as? ¿Estás poniendo todo tu amor y voluntad de ayuda en tu proyecto? La abundancia llegará, porque la vida ayuda a los/as que suman en los/as demás. Trabajando en esta línea, lograrás generar valor en ti, y en los que te rodean.
  • El dinero ¿Qué relación tienes tú con el dinero? ¿Necesitas y ansías el dinero por encima de todo? La relación que tengamos con el dinero será muy importante. No tenemos que ser adictos/as al dinero, pero tampoco rechazarlo. Sana tu relación con el dinero y entra en un equilibrio. Recuerda, “no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.

2. NECESITAMOS HABILIDADES Y COMPETENCIAS:

¡Qué no entre el pánico! Esto no es complicado, únicamente requiere voluntad.

  • Disciplina. ¿Eres ordenado/a? ¿Tienes disciplina? ¿Rutinas? ¿Horarios? La disciplina es esencial. Podemos cumplir con los requisitos de la realidad cuando somos disciplinados/as. La realidad no es como uno quiere, y eso requiere de disciplina. ¿Te suena eso de “las cosas son como son, y no como tú quieres”?, pues bien, si quieres cambiarlas, empieza a ser disciplinado/a. El éxito en tus proyectos reside en la disciplina.
  • Orden. ¿Tus sueños tienen una secuencia, un plan de acción, un orden temporal? Tenemos que ordenar nuestros sueños en tareas: haz una lista de las tareas más urgentes, las prioritarias, y las que pueden esperar. Recuerda el refrán: “quién mucho abarca, poco aprieta”. 
  • El error. Aprende de tus errores. Los errores nos ayudan a crecer y a mejorar, no los subestimes. La ecuación error + corrección = aprendizaje debe estar siempre presente en tu proceso. Gestiona la energía de la culpa: no seas autocrítico/a y autoexigente en exceso. No te boicotees, no te exijas un nivel perfecto, se amable contigo, no te hundas a ti mismo/a. El balance entre la autocrítica y el disfrute es muy importante. “El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error” (Pablo Neruda).
  • Sacrificio. El éxito requiere de sacrificio en la mayoría de las situaciones. ¿Eres de esas personas que se involucra tanto en un proyecto que se olvida del mundo? A mí me pasa, cuando me apasiona un proyecto, me centro tanto y dedico tantas horas, que a veces, reconozco que no es sano. Otras veces, estoy trabajando y me encantaría estar haciendo otra cosa, pero si quiero terminar mi trabajo, he de hacerlo, no hay otro modo, el sacrificio es necesario. Amor hacia el proyecto y hacia ti mismo/a. No descuides el equilibrio entre el trabajo, y el cuidado de uno mismo/a. La disciplina, y el sacrificio que hacemos por el proyecto que queremos construir, también debe de incluir tiempo para uno mismo/a: aplica minivacaciones para nutrir la mente, el cuerpo y todo tu yo.
  • El entorno: ¿Quién te rodea? ¿Qué te suman y/o restan las personas que están a tu alrededor? Trabajar en equipo es sumar éxito al proyecto. Cómo dijo Margaret Mead, «Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos/as pensantes y comprometidos/as pueden cambiar el mundo».

ÉL/LA QUE TE DICE “NO CREO QUE PUEDAS HACERLO” ES EL/LA MISMO/A QUE ESTÁ MIRANDO.

3. HORA DE LA REFLEXIÓN…

Todo llega amigo/a, y en un tiempo determinado del proceso de crecimiento y de avance llega la reflexión. ¿Realmente quiero hacer esto? ¿Cuál es la motivación real que hay en mí para cumplir este sueño? ¿Es realmente mi sueño o es el sueño de alguien más?

  • Trabaja la reflexión durante el proceso de construcción de tus sueños. Tendrás distintos momentos en la noria emocional: estarás bien alto en tiempos de euforia y alegría, y también cuando las cosas no resultan y no salen como queremos, nos veremos bien abajo.
  • Pide ayuda: mentores/as, coaches, personas que puedan sumar y aportar valor a tu proyecto y a tu persona.
  • Formación. ¿Sabes todo lo qué necesitas? ¿Hay alguna acción formativa que pueda darte herramientas que ayuden a tu proyecto? Fórmate: por necesidad, por obligación, por voluntad, por interés, por curiosidad, por requisito o por placer, pero nunca es tarde para aprender y recuerda: Nadie nació sabiendo. El camino es la meta en sí… cada día, es una oportunidad para crecer y avanzar. Yo como docente asumo mi responsabilidad y limitaciones, y me dije un día: “Cuando deje de interesarme por aprender, tendré que dejar la enseñanza”, tú asume tu parte en el proceso de crecimiento personal.

¡NO TE RINDAS!

Tus sueños te esperan, prepárate para el momento, trabaja, disfruta y ama. Tú eres poderoso/a, tú lo puedes todo, incluso puedes hacer realidad tus sueños. ¿A qué estás esperando? Actúa y cree en ti.

Gema Ballesteros, Chief Happiness Officer, PSHE, Wellbeing and Eco-School Lead