Hábitos para escuchar el corazón

 

Si tuvieras que elegir entre cabeza o corazón, ¿con cuál te quedarías? ¿Qué dirían de ti los que te conocen bien, te describirían como una persona que toma decisiones de forma analítica y racional, o más bien como alguien que tiende a ser intuitivo e instintivo? Más allá de la metáfora, el corazón puede poseer una forma de pensar y sentir que no es menos importante que el modo en que el cerebro se enfrenta al mundo. Si exploramos el poder del corazón podremos aprender a compartir una vida más saludable, menos estresante y más amorosa. Si corazón y cerebro colaboran, podremos vivir de un modo más creativo, sereno y conectado. Vale la pena intentarlo, ¿verdad?

La cardiocontemplación es el proceso de sintonizarnos con el código de nuestro corazón para que la relación de nuestra mente-corazón-cuerpo sea más saludable y así nuestro cerebro trabaje con más significado y equilibrio. A continuación, compartimos algunas sugerencias de Paul Pearsall que pueden orientar este proceso de conexión entre la mente y el corazón.

  1. Quédate quieto/a. Para sintonizar con tu corazón necesitas detenerte y quedarte lo suficientemente quieto/a como para sentir plenamente el estar en el momento presente. La postura no importa tanto, lo importarte es frenar el flujo de pensamientos hacia el futuro o las preocupaciones por algún momento pasado perdido.
  2. Aligérate. No te tomes tan en serio, no tienes tanto poder o tanta importancia como tu cerebro cree que tiene que tener. La mayoría de tus preocupaciones y de tus problemas son transitorios y de poca relevancia en el esquema general de tu vida. Todo pasa, no dejes que tu corazón se vuelva pesado y tómate la vida con ligereza.
  3. Deja de hablar. Sí, callarse es un hábito sanísimo. Esto incluye que dejes de hablar contigo mismo/a. Es algo complicado porque nuestro cerebro está continuamente ocupado en sus cuatro actividades básicas: alimentarse o adquirir algo más, proteger su territorio, ir a algún otro lugar y buscar placeres inmediatos e intensos. Intenta ignorarlo. Hacer y decir menos será bueno para su salud. Relájate y permite que tu observador interno actúe.
  4. Sintoniza con el mundo que te rodea para sintonizar con tu corazón. Entrénate en ser plenamente consciente y percibir con todos tus sentidos la conexión con la naturaleza: con las flores, los ríos, los animales o cualquier otro elemento natural que te rodee.
  5. A través de la cardiocontemplación aprendemos del corazón. Hacer algo de corazón, en general, implica hacer algo bien y de forma duradera. Escucha lo que tu corazón te dice acerca del vivir, del amar y del trabajar. Intenta almacenar toda esa información para que te guíe en los momentos de mayor estrés.
  6. Conéctate. Trata de compartir lo aprendido durante este proceso con el mundo que te rodea y permanece abierto a la energía de otros corazones. De este modo, vivirás de una forma más profunda.

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Fuente: El código del corazón, Paul Pearsall.