Hábitos para escuchar el corazón
Si tuvieras que elegir entre cabeza o corazón, ¿con cuál te quedarías? ¿Qué dirían de ti los que te conocen bien, te describirían como una persona que toma decisiones de forma analítica y racional, o más bien como alguien que tiende a ser intuitivo e instintivo? Más allá de la metáfora, el corazón puede poseer una forma de pensar y sentir que no es menos importante que el modo en que el cerebro se enfrenta al mundo. Si exploramos el poder del corazón podremos aprender a compartir una vida más saludable, menos estresante y más amorosa. Si corazón y cerebro colaboran, podremos vivir de un modo más creativo, sereno y conectado. Vale la pena intentarlo, ¿verdad?
La cardiocontemplación es el proceso de sintonizarnos con el código de nuestro corazón para que la relación de nuestra mente-corazón-cuerpo sea más saludable y así nuestro cerebro trabaje con más significado y equilibrio. A continuación, compartimos algunas sugerencias de Paul Pearsall que pueden orientar este proceso de conexión entre la mente y el corazón.
- Quédate quieto/a. Para sintonizar con tu corazón necesitas detenerte y quedarte lo suficientemente quieto/a como para sentir plenamente el estar en el momento presente. La postura no importa tanto, lo importarte es frenar el flujo de pensamientos hacia el futuro o las preocupaciones por algún momento pasado perdido.
- Aligérate. No te tomes tan en serio, no tienes tanto poder o tanta importancia como tu cerebro cree que tiene que tener. La mayoría de tus preocupaciones y de tus problemas son transitorios y de poca relevancia en el esquema general de tu vida. Todo pasa, no dejes que tu corazón se vuelva pesado y tómate la vida con ligereza.
- Deja de hablar. Sí, callarse es un hábito sanísimo. Esto incluye que dejes de hablar contigo mismo/a. Es algo complicado porque nuestro cerebro está continuamente ocupado en sus cuatro actividades básicas: alimentarse o adquirir algo más, proteger su territorio, ir a algún otro lugar y buscar placeres inmediatos e intensos. Intenta ignorarlo. Hacer y decir menos será bueno para su salud. Relájate y permite que tu observador interno actúe.
- Sintoniza con el mundo que te rodea para sintonizar con tu corazón. Entrénate en ser plenamente consciente y percibir con todos tus sentidos la conexión con la naturaleza: con las flores, los ríos, los animales o cualquier otro elemento natural que te rodee.
- A través de la cardiocontemplación aprendemos del corazón. Hacer algo de corazón, en general, implica hacer algo bien y de forma duradera. Escucha lo que tu corazón te dice acerca del vivir, del amar y del trabajar. Intenta almacenar toda esa información para que te guíe en los momentos de mayor estrés.
- Conéctate. Trata de compartir lo aprendido durante este proceso con el mundo que te rodea y permanece abierto a la energía de otros corazones. De este modo, vivirás de una forma más profunda.
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