Los niños aprenden por observación de sus adultos de referencia, que actúan como modelos. El vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres le proporciona la seguridad emocional imprescindible para un buen desarrollo de su personalidad. Sentirse aceptado y protegido incondicionalmente es lo que necesita para crecer sano.

Mantener un vínculo seguro con sus hijos es de vital importancia por la repercusión que tendrá en las relaciones sociales que su hijo tendrá en el futuro. Siendo así, es realmente interesante reflexionar sobre el modelo de vínculo que se les está transmitiendo.
Para ello os proponemos una actividad apta para padres y cuidadores, cuyo objetivo es tomar conciencia del propio estilo de apego, y cuestionar la necesidad y utilidad de generar cambios en él. Sólo se necesita bolígrafo y papel. Se sugiere tomarse un tiempo de reflexión personal para cuestionarse las siguientes preguntas. Escriba, por favor, sus respuestas. La escritura emocional favorece la toma de consciencia, la comprensión de uno mismo, y la gestión de las propias emociones.

¿Qué vínculos a lo largo de mi vida han sido los más significativos para mí?
¿Qué tienen en común todos ellos?
¿Esto que tiene en común que dice de mí?
¿Estas características comunes de mis vínculos, tienen algo que ver con el vínculo que he establecido con mi hijo, o con mi alumno?
¿Qué estaría viendo si observará estos vínculos que he establecido con otras personas?
¿Qué está aprendiendo mi hijo de mí y de él con el vínculo que tenemos los dos?
¿Qué hay de favorable en nuestro vínculo? ¿Qué hay de desfavorable?
¿Qué siento y pienso que sería positivo cambiar de nuestro vínculo para que sea aún más positivo –sobre todo para mi hijo-?
¿Qué voy a hacer a partir de ya –pensar acciones concretas- para generar los cambios que quiero en nuestro vínculo?

Fuente: Bisquerra, R. (2011). Educación emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.