Me hago responsable

Hoy vemos una técnica para aplicar en el aula, que nos permite hacernos más responsables y conscientes de lo que ocurre en nuestro interior, aceptándolo y propiciando una conducta activa en relación al cambio.

Y es que, si nos permitimos parar y escuchar nuestro dialogo interior sin juicios y con cariño, podemos observar con qué tipo de lenguaje nos hablamos. Qué palabras usamos, qué tono, qué emoción, qué adjetivos, qué trato nos permitimos, etc.

 “Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que creemos decir, lo que decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos, existen nueve posibilidades de no entenderse”.

A continuación, compartimos esta dinámica para trabajar el sentimiento de responsabilidad entre nuestro alumnado para ellos mismos/as y sus compañeros/as. Puede convertirse en un bonito hábito para poner en práctica en el aula.

CÓMO LO PRACTICAMOS

Es muy sencillo, cuando una persona expresa algo que le está sucediendo, se le puede decir que añada a esta percepción: “y me hago responsable de ello” o “me hago cargo de ello”. Por ejemplo: “me doy cuenta de que estoy nerviosa e intranquila, y me hago responsable de ello”, o “Me doy cuenta de que mi voz es tranquila, y me hago responsable de ello”.

Con esta fórmula, las personas dejan de echar la culpa al mundo de sus estados emocionales y tienen la oportunidad de hacer algo por sí mismos/as para cambiar y disminuir las consecuencias.

Otra forma de asumir más responsabilidad y no evitar el compromiso es cuidar nuestro lenguaje para no utilizar excusas. Por ejemplo, la fórmula “Si…pero…” que se usa a menudo “Quiero ir al cine contigo, pero no puedo porque tengo un examen” o “Me gustaría ir de compras contigo, pero tengo que ir con mi madre” son formas de evitar nuestra responsabilidad.

Perls, el padre de la psicoterapia Gestalt, decía que el “si…pero” sólo sirve para echarle la culpa a algo o alguien externo a mi (al examen, a mi madre,) cuando soy yo el que elijo hacer una u otra cosa; por este motivo transformarlo en “si…y…” (“Me gustaría ir de compras contigo y elijo ir con mi madre”) te da más poder para hacer tus propias elecciones y responsabilizarte de ellas.


BIBLIOGRAFÍA:

Manual práctico de psicoterapia gestalt