¿Cómo ayudamos a lxs niñxs a reconocer y manejar sus emociones?

¿Cómo hablar con los niños y niñas del coronavirus?

¿Cómo hablar con los niños y niñas del coronavirus?

Cuando hablemos con los y las más pequeñas de temas como la muerte, el sexo o la enfermedad, como en este caso, hay una máxima que sirve para todos: contar la verdad adaptándonos a la edad y características del niño o niña.

Esto significa que tenemos que usar un lenguaje claro y sencillo, evitando tecnicismos. Nuestro objetivo es que entiendan lo que les queremos contar, no es salir de la situación cómo podamos ni quedar de súper científicos delante de ellos y ellas. En la medida en que resolvamos sus dudas con claridad habrá menos espacio para el miedo.

Debemos evitar las grandes parrafadas, se trata de ser concreto y riguroso. Podemos utilizar infografías y gráficos, siempre de organismos oficiales, para apoyar nuestras explicaciones. No son necesarios detalles que les puedan alarmar. Un punto en el que podemos insistir es en la prevención a través de la higiene. Aprovechemos esta situación para explicarles la importancia de lavarse las manos, y no sólo para prevenir el contagio del coronavirus.

¿Qué han entendido?

Padres y madres somos los que mejor conocemos a nuestros hijos e hijas. Lo que les contemos lo van a interpretar de forma diferente si son muy aprensivos, les dan muchas vueltas a las cosas o si hay alguien enfermo en la familia, por ejemplo. Por eso es muy importante que después de hablar con ellos les preguntemos: qué han entendido, asegurándonos de que han interpretado correctamente lo que les queríamos decir.

Otro aspecto a tener en cuenta, y probablemente el que más va a influir en la sensación que le quede al niño, es: cómo se lo digo. Hablando con calma y tranquilidad les transmitimos seguridad. Para ello es importante buscar el momento y lugar adecuado, evitando las prisas y las distracciones, ya que las pueden interpretar como que estamos nerviosos, preocupados o que les ocultamos algo. Rudolf Dreikurs decía: “los niños perciben muy bien, pero interpretan muy mal”.

Por último, comentar que estas pautas nos colocan en nuestro rol de educadores y nos exige responsabilidad a la hora de tratar este tema. Propongo que esta responsabilidad se extienda y saquemos lo mejor de nosotros y nosotras cómo miembros de la sociedad.

Libertad Culebras, psicóloga y experta en asesoramiento familiar.